Un viaje siempre es bueno en vacaciones, y què mejor que darse un tiempo para conocer un poco de lo nuestro, un poco de nuestra historia y de paso salir de la histórica e histérica Lima.
Aunque todo el mundo diga que las ruinas de Chan - Chan están perdiendo su encanto debido al mal tiempo y los diversos fenómenos que azotan a esta ciudadela de barro en el departamento de La Libertad me pareció uno de los puntos mas interesantes para visitar.
Cabe recordar que al encontrarnos en las plaza central dentro de la ciudadela se puede escuchar el cautivante sonido del mar y se percibe la brisa en el rostro, de manera que si nos imaginamos còmo serìa la vida de los sumos sacerdotes que vivieron dentro, serìa casi como un paraíso a comparación del bullicio limeño, el sonido de los carros y las combis que atestan la ciudad y la llenan de una capa espesa de smog.
Sin duda, al entrar a las ruinas y recorrer cada esquina, observar cada tallado, caminar y tocar las paredes hechas íntegramente de barro, no podríamos pensar que perdemos el tiempo .Es increíble imaginar que toda una civilización antigua caminó en el suelo por el que nos encontramos caminando.
Debemos tener en cuenta el maravilloso patrimonio que tenemos y que al introducirnos en él llegamos a sentir una cierta energía, además de poder observar la inteligencia con la que los Chimùes distribuyeron los espacios, la forma en la que utilizaron el material principal como es el barro y la manera estratégica en que fueron ubicados, uno a uno, los bloque de adobe.
Lamentablemente durante el mes de julio se comenzaron a hacer reparaciones con un material que ya todos conocemos, fibra de vidrio; lo que se esta haciendo en la ciudadela es tapar las paredes con este material artificial, para lo cual primero extraen el salitre ubicado en las paredes de barro, con un papel especial, posteriormente proceden a tapar los muros con este material color tierra y por último rocían la fibra de vidrio con tierra para simular que es parte de la arquitectura.
A decir verdad, este procedimiento no es el màs indicado y querámoslo o no, nos perjudica turìsticamente; tanto los visitantes extranjeros como los nacionales queremos ver la arquitectura real de lugar, mas no la fibra de vidrioso que lo recubre.
Es cierto que en el Perú no se le dedica una inversión especial a lo que es conservar el patrimonio cultural pero si no detenemos esa acción ahora, pronto en vez de la ciudadela de barro màs antigua del mundo tendremos la ciudadela de plástico mejor conservada de la historia.
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